El legendario fotoperiodista recuerda una vida comprometida con la documentación de las personas y el planeta, y explica por qué la naturaleza se convirtió en su foco de atención.
Su obra, una combinación reconocible al instante de composición en blanco y negro e iluminación dramática, se ha desarrollado a lo largo de décadas, abarcando cientos de asignaciones en 130 países y su nombre figura en el panteón del fotoperiodismo junto a figuras como Robert Capa, Eugene Smith, Margaret Bourke-White, Henri Cartier-Bresson, James Nachtwey y Steve McCurry.
Sudamérica le ha dejado a Salgado una huella imborrable en su obra. Foto. Sebastián Salgado.
Todavía vive con el legado de un trastorno sanguíneo causado por la malaria mal tratada en Indonesia y problemas en la columna debido a una mina terrestre que explotó su vehículo en 1974 durante la guerra de independencia de Mozambique, Salgado está listo para retirarse del campo.
No le faltan proyectos en los que centrarse. La próxima es la exposición Sony World Photography Awards 2024 en la Somerset House de Londres, a partir de abril, que celebra su premio a la Contribución Destacada a la Fotografía.También existe una colaboración con el Museo Wende de Los Ángeles sobre la industria en la Unión Soviética, que él describe como “el paraíso de los trabajadores”. Otro proyecto más reunirá algunas de sus primeras fotografías en el Museo de Imagen y Sonido de São Paulo.Salgado también se está preparando para un espectáculo especial durante la Cop30, que se realizará el próximo año en Belém, al norte de Brasil. “Abriremos una exposición con 255 fotografías gigantes de mi proyecto Amazônia y un concierto con composiciones de Heitor Villa-Lobos”, dice.
Los temas migratorios de África y Europa fueron centro de atención en su cámara por muchísimos años. Foto. Sebastián Salgado
Éxodo, su primer gran proyecto tras la escisión, enfrentó duras críticas de sus pares, que acusaron a Salgado de ser un “militante de izquierda”, de “explotar y estetizar la miseria” y, más tarde, de “violar lugares y pueblos prístinos”.
“Dicen que fui un ‘esteta de la miseria’ y traté de imponer la belleza al mundo pobre. Pero ¿por qué el mundo pobre debería ser más feo que el mundo rico? La luz aquí es la misma que allá. La dignidad aquí es la misma que allá.
Minas a cielo abierto en Brasil. Retratos de Salgado imborrables para la humanidad. Foto. Sebastián Salgado
Conectarse con la naturaleza hizo que Salgado redescubriera su pasión por la fotografía, lo que lo llevó a dos de sus proyectos más significativos: Génesis (2013) y Amazonia (2021). “Hubo esta transición del hombre a la naturaleza en un momento en el que todo el mundo se dirigía hacia la naturaleza”, afirma. Entonces se les ocurrió la idea de visitar y documentar lugares vírgenes, que representan el 46% del planeta que se ha mantenido prístino.
El cambio de dirección extendió la carrera de Salgado otras dos décadas y ha convertido su trabajo en una piedra de toque para las cuestiones ambientales y humanitarias.
“Mi visión es pesimista respecto a mi especie, el ser humano, que no ha evolucionado en absoluto. Nuestra especie se ha aislado”, dice, lamentando la ceguera de los tomadores de decisiones globales que no sólo no logran abordar las emisiones sino que también ignoran otros dos problemas estructurales que considera cruciales: la creciente escasez de agua y la pérdida catastrófica de biodiversidad.
.Salgado está convencido de que el mundo se dirige hacia un conflicto global, con “bloques que ya están tomando forma” basados en los conflictos de Ucrania y Gaza, mientras que los esfuerzos por proteger el medio ambiente se estancan. «Hay dinero», señala. «El dinero no es problema.»
Para Salgado, la ceguera humana conduce a la autodestrucción, lo que es motivo de gran pesimismo. Pero la naturaleza, dice, sigue su propio curso y sigue evolucionando. Esta lección la aprendió en Galápagos, donde pasó 90 días -casi el doble que Darwin, que pasó 47 días en el archipiélago- y a lo largo de sus ocho décadas de vida. “Soy pesimista respecto de la humanidad”, admite, “pero optimista respecto del planeta. El planeta se recuperará. Cada vez es más fácil para el planeta eliminarnos”. Se podrá ver una exposición del trabajo de Sebastião Salgado en Flowers Gallery, Cork Street, Londres, del 16 de marzo al 15 de abril.
